Los segundos de primaria A y B pasan clases en una sola aula. Son 60 niños y una bulla casi inevitable. La cantidad es antipedagógica, pero al colegio Gualberto Villarroel no le queda otra que juntarlos en el poco espacio que tiene, a la espera que la alcaldía de Santa Cruz les entregue el moderno módulo que se construye en la av. Paraguá. Las dos profesoras se turnan para enseñar en el mismo curso.
Según la directora de la mañana, María Lola Vargas, la subalcaldesa les prometió que en dos meses más estará el módulo, pero no saben si será así porque la primera promesa fue que estaría para fines de 2013.
Recién empezaron las clases
En el colegio María Vaca Díez I las clases se iniciaron recién el 26 de febrero, 17 días después del arranque oficial del calendario escolar en el país. Según Lenny Flores, directora del turno de la tarde, la demora se debió a la espera de la entrega del moderno módulo ubicado en la av. Alemania, construcción que se retrasó por las lluvias y que estará lista recién el 10 marzo. Para recuperar los días perdidos, se ajustó la planificación ya que al ser un colegio técnico-humanístico, muchos de los estudiantes de la mañana tienen que pasar clases en la tarde o viceversa.
Pelea por un módulo
En el módulo Pedro Áñez, distrito 3, las clases no se habían iniciado hasta la semana pasado por una pelea de padres que piden que la primaria funcione allí, ya que la nueva infraestructura está destinada solo a secundaria. Juan Veizaga, director distrital, intentó valerse de la Policía para frenar la protesta de los padres, pero éstos terminaron crucificándose.
Sobre la aplicación de cambios en la educación previstos para este año, Saúl Ascárraga, ejecutivo de los maestros urbanos, aseguró que la realidad se ha impuesto a los discursos, por lo que se está haciendo de forma gradual y lenta. “Todavía no hay almuerzo escolar, ampliación de horarios ni equipamiento para el bachillerato técnico-humanistico”, concluyó
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