Conviven con la necesidad. El hogar Teresa de los Andes alberga niños con discapacidad mental y temas relacionados. En este lugar las demandas son múltiples y se acumulan cada mes, ya que por el cuidado que los chicos demandan, se requieren profesionales especializados en estimulación temprana y estos a la vez necesitan de equipos necesarios para trabajar con los niños. “Arrastramos problemas de infraestructura y presupuesto para solventar a los profesionales, fisioterapeutas, principalmente, que trabajan en el hogar”, explica Wilfredo Mamani. “La Gobernación colabora con dietas diarias pero es insuficiente, necesitamos que aumenten el monto que se asigna a cada niño”, indicó.
En el Programa de Educación Especial Fe y Alegría (Preefa) el problema es casi similar, aquí trabajan con niños que tienen problemas mentales y parte de su terapia requiere ayudarlos a ambientarse a las tareas cotidianas.
“Nuestra principal demanda es equipar los diferentes talleres que tenemos, donde trabajan los chicos. Necesitamos electrodomésticos para las cocinas y equipamiento para los centros de estimulación”, comenta Rosmeri García, directora del centro. En este caso, reciben ayuda del municipio; sin embargo, es insuficiente y por ello apelan a la buena voluntad de los familiares de los chicos que atienden, para sobrellevar sus necesidades diarias.
La gestión de las autoridades. Sabina Guzmán Morón, subdirectora de Educación Alternativa y Especial, indica que “estamos trabajando en la implementación la nueva currícula para la educación especial, y con esto gestionando más ítems para la región, que es donde se encuentra la mayor cantidad de centros de educación especial".
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