martes, 31 de marzo de 2015

Especialista en la enseñanza escolar habla de la situación en Bolivia.

La educación es uno de los pilares en los cuales se sustenta el desarrollo de un país. Cuanto mejor preparada es una persona, tiene mayores probabilidades de progreso y, por ende, la productividad de la nación mejora y por ello el nivel de desarrollo de un país es directamente proporcional a su nivel de educación, dicen los expertos. Bolivia está atravesando diversos cambios en el modelo educativo, que ha ocasionado críticas y opiniones a favor. Álvaro Puente, experto en el tema educativo y protagonista, analiza estas importantes modificaciones. El entrevistado nació en Cochabamba en 1942, realizó sus estudios primarios en esa misma ciudad, los secundarios y los universitarios en España. Se desempeña como maestro desde 1966, dio clases en La Paz, Cochabamba, Sucre, Santa Cruz, Charagua, en Bolivia, además de España y Nicaragua. Entre los cargos que ocupó está el de coordinador general del Ministerio de Educación en tiempos de la Reforma Educativa, entre 1994 y 1995. También se desenvolvió como comunicador en radio, televisión y prensa escrita.

Santa Cruz es una ciudad universitaria, como lo declaró la última ley municipal aprobada
A.P.: No son realidades que se decidan por decreto. Hay muchas universidades y muchas plazas para estudiantes, pero estas no marcan el estilo de vida de la ciudad. Si la capital cruceña lo fuera podría ser porque es alto el número de estudiantes, pero es una abundancia artificial. Tenemos universitarios, pero ¿con qué perspectivas? Tenemos a miles engañados en cuanto a la calidad de lo que reciben.

¿Cómo ve la obligatoriedad para que los escolares utilicen el 'Libro del Mar'?
A.P.: Lamentable. Todos a pensar igual quitan el uniforme escolar, pero ponen uniforme mental. Seguimos llorando el pasado, en lugar de ponernos a diseñar el país que podemos ser y que debemos ser. El mar sigue siendo el culpable de todos nuestros males. Es el chivo expiatorio que carga con todas nuestras mediocridades. Somos los últimos y en lugar de ponernos a caminar, nos enardecemos contra Chile y contra el destino. Y, para que ningún boliviano en el futuro despierte y sea crítico, desde pequeños los adoctrinamos a la fuerza con el libro.

¿Qué evaluación hace de la implantación de la ley Avelino Siñani-Elizardo Pérez?
A.P.: Es una ley desastrosa. Es más sociológica y administrativa que educativa. Y tiene dos dos objetivos: el gremio docente la impulsa y la defiende para perpetuar sus derechos "sindicales". Y así conservan su "derecho" exclusivo a la educación, cuando la educación debiera ser derecho de los niños. Segundo, el gobierno la crea y la impulsa para utilizarla como instrumento de "culturización indigenista" de toda la población.

¿Cómo ve el tema de la educación en las universidades en Bolivia?
A.P.: En las universidades estatales, el sistema de autonomías y de cogobierno es el secreto, la llave de su empobrecimiento paulatino. El presupuesto que tienen deben envidiarlo en muchas partes, pero a pesar de que hay algunos brillantes y dedicados, la falta de calidad de los catedráticos y exigencia institucional hace que la formación que ofrece la universidad deje demasiado que desear. En las privadas son excepción las que realmente buscan la excelencia, pero las hay. Por otro lado, también están las que tienen el único fin de obtener réditos económicos.

¿Por qué hay aún un alto número de aplazados en el examen de ingreso a la UAGRM?
A.P.: Porque los alumnos de los colegios no están preparados para empezar el estudio universitario. No les han enseñado a pensar, tampoco a investigar y menos las cuatro cosas más elementales de la ciencia y de la vida. No saben expresarse, no entienden la historia, no saben matemáticas ni física para resolver ningún problema. Si la UAGRM pusiera un examen sobre lo que deben saber los alumnos aprobarían tres cada año.

¿Cuáles son los retos de las autoridades elegidas este 29 marzo?
A.P.: A las autoridades no les han dado ninguna vela en el entierro de la educación. Los alcaldes solo les corresponde construir y mantener los edificios de los colegios y escuelas. A los gobernadores, lo mismo, pero de las escuelas técnicas. No pueden ni opinar en cuanto a lo que se enseña ni en cuanto a quién lo enseña. Más bien debieran haber buscado los resquicios que les deja la ley para influir en la formación.

¿Qué cambios tendrían que haber para que mejore la educación en Santa Cruz y Bolivia?
A.P.: Como primera opción, abrir la docencia a los más capaces, luego exigir a los maestros capacitación continua y permanente. Como tercera opción, mejorar la dedicación laboral y la retribución de los maestros, también se tiene que rehacer, partiendo desde cero, todo el plan nacional de estudios. Y finalmente se tiene que revisar el concepto de autonomía universitaria.

'Los cambios que anunciaron las autoridades aún no llegan. Ojalá lo hagan al empezar a caminar en lo de la carga horaria'.

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