lunes, 2 de junio de 2014

Colegios piden instalación de cámaras para combatir la inseguridad

El contacto de los escolares con las drogas y con las pandillas es cada vez más frecuente y desde más temprana edad en Santa Cruz de la Sierra. Las autoridades encargadas de velar por la seguridad de los menores de edad, entre ellas la Policía, no están actuando con rapidez o bien no practican elementos de precaución, como la educación, ni recurren a la instalación de sistemas electrónicos de seguridad, como cámaras alrededor de los locales educativos para salvaguardar a los jóvenes y niños.

El jueves nuevamente fue noticia el descubrimiento casual de varios alumnos que expendían marihuana y cocaína al raleo, actividad que realizaban aprovechando el agasajo por el Día de la Madre en un colegio fiscal situado en el cuarto anillo norte, donde una veintena de muchachos fueron aprehendidos, incluso a algunos el Ministerio Público los presentó ante un juzgado de menores y los imputó bajo el cargo de suministro de sustancias controladas.

Asimismo, las pandillas son una amenaza constante hacia los estudiantes, pues rondan los colegios en busca de nuevos adeptos, centrando su atención en adolescentes entre 12 y 14 años, considerados los más vulnerables.

Peligro en la escuela

El colegio 24 de Septiembre, situado en la UV-40, y el Real América, del barrio Florida, en la UV-73, son dos de los muchos que sufren los embates de los pandilleros. Por eso, directores y exdocentes piden a la Policía y al gobierno municipal que intervengan con una mejor vigilancia, entre ellas las cámaras de seguridad.

“Como director desde hace tres años he peregrinado hasta la Subalcaldía del D-2 y no he conseguido nada; mi idea es poner cámaras porque considero que se puede controlar el 80% del asedio de las pandillas sobre mis alumnos”, indicó Andrés Sossa, director del colegio Wenceslao Montero.

En el colegio Real América, el exdirector, ahora jubilado, Napoleón Cardozo lamenta la actitud destructiva de las pandillas contra el nuevo edificio que hace dos meses comenzó a ser ocupado y que ya tiene la barda perimetral, las paredes y el baño llenos de grafitis con simbología de las pandillas.

Otro colegio que sufría por la violencia fuera de sus muros era el Humberto Vázquez Machicado, en el tercer anillo del barrio Santa Rosita, pero desde que se habilitó una comisaría a dos cuadras el acoso se calmó. Donde persiste la actividad de los pandilleros es en algunos colegios del Plan Tres Mil, donde los grafitis marcan el territorio de cada una de ellas.

Otras actividades

Los barrios que limitan con la avenida Virgen de Luján, en el D-6, son los que más sufren por el brote de las pandillas. Uno de los colegios es el Rancho Nuevo, donde sorprendentemente se pudo apreciar que los alumnos se dedican a otras actividades extracurriculares, como la danza y el deporte.

“Conocemos la actividad de los pandilleros, no les hacemos caso, pero es necesario que haya más control de parte de la Policía y mejor si colocan cámaras de seguridad”, anotó Richard Garrado, estudiante de quinto año de secundaria.

La Policía promete

El proyecto de las cámaras de seguridad para la ciudad lo maneja la Policía, pues, según el responsable de la Unidad Técnica de Seguridad Ciudadana de la comuna, Ernesto Peterson, su institución solo aporta con las cámaras porque así lo estipula la Ley 264 de seguridad ciudadana.

De la Gobernación hicieron conocer que es la Policía la directa responsable del proyecto.

Asimismo, el comandante departamental de la Policía, Johnny Requena, aseguró que luego de la Cumbre del G-77 + China serán instaladas las reclamadas cámaras de seguridad en todos los colegios para frenar la inseguridad.

“Los maestros deben educar a los chicos contra las drogas y contra el peligro de pertenecer a una pandilla; mediante las cámaras se puede identificar a los que merodean los colegios y que no tienen nada que hacer en la zona”, dijo Requena

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