lunes, 10 de febrero de 2014

De cada 10 estudiantes 1 es víctima de bullyng

El retorno a las aulas significó una alegría para la mayoría de los estudiantes que ven en el colegio más que un espacio de aprendizaje sino un núcleo social. Sin embargo, hay a quienes el retorno al colegio les significará una especie de tortura por ser víctima de algún abuso o maltrato por parte de sus compañeros.

Según un estudio realizado por la universidad privada Upsa, en la ciudad de Santa Cruz, el 10% de los estudiantes en el departamento fue, ha sido o es vÍctima de acoso escolar, conocido comúnmente por Bullyng. .

El 50% de estudiantes participa del acoso escolar en Bolivia. De acuerdo a un estudio que realizó la Asociación Voces Vitales en 2009, el 50% de los estudiantes de todo el país participa del acoso escolar ya sea como víctimas, acosadores o como espectadores.

Sin embargo un estudio reciente que hizo la carrera de psicología de la Universidad Upsa, en coordinación con la Secretaría de Educación, Cultura, Género y Juventud de la Gobernación de Santa Cruz da a entender que al menos 1 de cada 10 estudiantes en el departamento sufre algún tipo de violencia en su entorno escolar.

La encuesta que estuvo a cargo de la psicóloga Viviana Eguez Gutierrez, recogió información de 1610 estudiantes de todo el departamento, entre 12 a 16 años.

Discerniendo los datos, se constató que un 53% de los estudiantes admitió haber sido observador de algún tipo de bullying, un 10%, haber sido víctima y un 4%, agresor.

Cuando se preguntó a las víctimas (10% de la muestra total) sobre el tipo de violencia verbal que reciben, el 40% afirmó que hablaban mal de ellos, 37% recibía insultos, u apodos que les ofendían. En relación a situaciones de exclusión, el 29% dijo que no se les dejaba participar, 22% declaró que era ignorado y/o marginado. Entre tanto el 11% afirmó que recibió amenazas, un 5% fue obligado a hacer cosas que no quería hacer y un 3% fue atacado con algún tipo de arma en el colegio.

El socio de la violencia es el silencio. Lo más preocupante, según los responsables de este estudio, es que sólo el 1% de los profesores donde se practica estas anticonductas se enteran del hostigamiento, mientras que sólo el 9% de los padres de las víctimas se entera que su hijo está siendo torturado por sus compañeros a través de violencias físicas, verbales y cibernéticas.

No obstante según complementa la psiquiatra infantojuvenil del Centro de Salud Mental de Santa Cruz, Rose Mary Saucedo, la gran mayoría de los niños y jóvenes que son asistidos en esta institución recibe ayuda profesional por los transtornos psicológicos que le generan las agresiones, entre ellas depresión severa, ansiedad, trastornos de estrés y trastornos alimenticios e incluso trastornos sexuales, pues según la experta, esta violencia es guardada en silencio por las víctimas, por temor a mayores represalias por parte de su agresor.

"El socio de la violencia es el silencio, los chicos no hablan porque tienen miedo contar porque saben que la revancha va ser peor. El acoso escolar siempre existió aunque ahora es peor y con consecuencias más graves" indica la psiquiatra.
En este mismo contexto la profesional dijo estar preocupada por la forma en que el problema se está expandiendo en las redes sociales, medios comunicacionales que son ocupados por estudiantes para agredir y hostigar a los estudiantes.

Sugieren observar conductas del estudiante. En este sentido, la psicopedagoga Risela Birto sugiere a los padres de familia mantener buena relación con los hijos y estar atentos a los cambios repentinos o signos que puedan indicar que es una víctima del Bullying, esto tomando en cuenta que los centros de enseñanza se convierten en el lugar de mayor permanencia e interacción social en relación a su casa o lugares de esparcimiento de los niños y jóvenes.

De acuerdo a lo que indica la experta la resistencia a ir al colegio, tristeza el llanto o irritabilidad, injustificados así como las pesadillas, cambios en el sueño y apetito, dolores somáticos y dolores de cabeza, de estómago y vómitos, pueden ser una alerta de que está padeciendo algún tipo de ultraje físico y verbal al igual que el deterioro o pérdida frecuente de sus pertenencias escolares o personales, como gafas y mochilas.

Sugieren observar conductas del estudiante. Dependiendo de la situación que esté afrontando la víctima, la orientadora sugiere algunas alternativas de intervención entre ellas, dar a conocer al docente y especialistas del colegio, las observaciones realizadas en el niño u adolescente que es hostigado por sus pares para desarrollar proyectos de prevención como ser: decálogos de antiviolencia, pautas de disciplina, aprendizaje cooperativo, resolución de conflictos.

Asimismo sugiere acudir a instituciones especializadas en el tema para la intervención y orientación necesaria en el colegio.

"Lo fundamental para este problema, es conocer a profundidad a nuestros hijos, conversar con ellos para aprender a identificar a compañeros agresores y comunicar a los docentes y padres de familia" señaló la experta.

El agresor precisa la misma ayuda que el agresor. En este sentido coincide la psiquiatra Rose Mary Saucedo, quien afirma que la problemática debe ser detectada desde el mismo colegio por los maestros así como los padres en el hogar, a fin evitar las consecuencias posteriores tanto en la el niño maltratado como aquél que lo agrede "Todos tenemos que actuar: padres, madres, profesores, directores, principalmente los tutores que tienen que ganarse la confianza de sus hijos, porque si no, cómo se van a enterar que es agredido o agresor" señaló a tiempo de resaltar que la problemática es muchas veces pasada por alto o minimizada, por la cultura ciudadana que hay hacia este tipo de conductas.

Otro aspecto que destaca la profesional es que las consecuencias, ante la omisión de este tipo de conductas, no sólo afectarán la vida de quien es agredido ya que aquél que recurre a agredir a sus compañeros está expuesto a efectos negativos posteriormente, ya que tomará la violencia y otras anticonductas como algo normal.

"Un niño agresor debe tener la misma asistencia profesional que aquél que es hostigado, ya que ambos están en peligro de sufrir trastornos psicológicos en el caso de aquellos que son obligados a maltratar a sus pares"complementó.

"El socio de la violencia es el silencio. Los niños no denuncian las agresiones porque saben que la revancha será peor. El acoso escolar siempre existió aunque ahora es peor y las consecuencias son más graves"

Rose Mary Saucedo
Psiquiatra Infanto Juvenil

"Hay que enseñar a nuestros hijos normas de convivencia y respeto ante las diferencias de pensamiento con otros compañeros por medio del diálogo"

Risela Brito
Psicopedagoga

Sanciones
Ministerio de Educación justifica la expulsión en casos extremos

Si bien los estudios revelan datos preocupantes sobre el acoso escolar en Santa Cruz y el país, en la Dirección Departamental de Educación, el titular de esta instancia Salomón Morales aseguró que el año pasado no superaron a cinco las personas que denunciaron algún tipo de acoso escolar en los colegios tanto fiscales como particulares.

Sin embargo, afirmó que este año, la resolución 01/2014 que norma la enseñanza en los colegios del país, incluye un artículo que permite la expulsión del estudiante en casos de agresiones físicas y verbales hacia sus compañeros.

En este sentido la autoridad no descartó la reubicación de estudiantes a otras unidades educativas ante casos extremos de hostigamiento a sus pares, según anticipó.

Ayuda
¿Qué se puede hacer en el colegio?

De acuerdo con la psicóloga Marion Schulmeyer la tarea de profesores y directores es fundamental para evitar que esta problemática siga ascendiendo en nuestro medio, en este sentido sugiere algunos consejos para que puedan ser aplicados en los colegios para enfrentar el bullyng.

En el caso de los directores sugiere hacer entrevistas a estudiantes, profesores, padres de familia, para saber el tipo de abuso que se da en su escuela y poder dirigir sus esfuerzos de prevención.

Asimismo asegura que es necesario orientar a los estudiantes y profesores para que sepan identificar las conductas inapropiadas y sepan qué hacer ante ellas.

Aumentar la supervisión en todo el colegio y en los espacios que rodean la escuela también es un buen comienzo asegura además de organizar actividades de prevención del Bullying como asambleas, campañas de comunicación, con padres, profesores y estudiantes, etc.

El profesor debe ser un amigo más: En cuanto a los profesores, asegura que no hay práctica más importante que la del respeto y la confianza para poder saber lo que hacen los estudiantes como para generar un acercamiento que permita detectar irregularidades y anticonductas.

Según afirma, ante estos casos, es necesaria la intervención inmediata aunque pegando, gritando y castigando, no es la manera correcta, sino ayudando a los agresores a darse cuenta de los motivos que los llevan a actuar así, a buscar alternativas para su conducta.

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