lunes, 18 de noviembre de 2013

¡Niños de vacaciones!, libres, pero con un plan



Comienza la cuenta regresiva para las ansiadas vacaciones de fin de año. La cercanía de esa fecha acelera la emoción de niños y adolescentes que con euforia esperan que ya terminen las clases para poder disfrutar de una vez del tiempo de ocio. A la par una creciente preocupación empieza a invadir la mente de algunos padres de familia.
¿Qué hacer con el valioso tiempo libre de los hijos durante sus vacaciones?

Ese es el dilema que mantiene inquietos en este momento a Julia y Hugo. Ambos piensan en cómo mantener ocupados a sus hijos mientras ellos no estén en casa, a fin de que aprovechen ese largo periodo libre de una forma constructiva.

Esta pareja ya no quiere que les pase lo mismo de otros años, cuando sus dos pequeños, hoy de 10 y 12 años, terminaban prendidos al televisor o a la computadora casi todo el día, o bien aburridos en casa sin ayudar en nada o provocando constantes ‘dolores de cabeza’ con sus travesuras.

Los sicólogos concluyen que es importante que los padres planifiquen con anticipación el uso de ese valioso tiempo libre.

En ese sentido, sugieren una combinación equilibrada de actividades programadas (practicar algún deporte, realizar actividades artísticas o cumplir ciertas responsabilidades caseras) con momentos de relajación que también requiere el menor para jugar, explorar y aprender por cuenta propia. Todo ello, añaden, ayuda a enriquecer la imaginación, la creatividad y el talento que todo niño o adolescente lleva dentro.

A planificar
El sicólogo Raschid Guardia recuerda que los padres son responsables de sus hijos mientras estos sigan siendo dependientes de ellos y basándose en el principio de “mi casa, mis reglas” considera que urge organizar, con anticipación, un plan de actividades para los hijos durante la época de vacaciones que se avecina.
Guardia aclara que eso no significa recurrir a la tiranía o a la violencia en el hogar. “Es solo preocuparse por preparar a los hijos para la vida, donde el respeto y la disciplina son fundamentales para el éxito y la buena convivencia humana. Personas pequeñas sin límites hoy, pueden ser problemas familiares grandes mañana”, dice.
En su criterio, lo mejor es saber distribuir bien el tiempo entre actividades lúdicas o deportivas (juegos) y las académicas (como la lectura y práctica de números).
Este sicólogo destaca la necesidad de incentivar en vacaciones el hábito de la lectura. “Que los niños escojan el libro que más les atrae. También se los puede motivar a usar el diccionario para que el aprendizaje de nuevas palabras sea divertido”, añade Guardia.

Previsiones necesarias
Ivonne y su esposo Boris ya saben muy bien lo que harán una vez que su hijo Marco, de 15 años, esté de vacaciones. Su plan es inscribirlo a cursos de inglés, de básquet y también a unas clases de computación para fortalecer su gran afición por las computadoras.
La sicóloga Paula Benedict considera que sí es posible compartir el tiempo libre de los niños entre actividades deportivas, recreativas y creativas. Pero además cree que es necesario darles la oportunidad de tener un periodo de descanso real donde los menores puedan jugar o dialogar con sus pares de forma libre y espontánea, aunque con una oportuna supervisión.
En criterio de esta profesional los días de vacación también pueden ser bien aprovechados si se opta por cursos de capacitación que potencien el talento de los menores o que ayuden a mejorar sus habilidades cognitivas en pos de un mejor rendimiento académico cuando retornen al colegio.
Asimismo, Benedict sugiere la práctica de actividades relacionadas con las artes y con el incentivo de la lectura y el deporte.
“Hay que empezar cuanto antes sino el ojo de la mente se ciega y el pensamiento deja de añorar la posibilidad de un mayor desarrollo humanístico. Para ello necesitamos padres comprometidos con esos altos estándares para sus hijos y que no apunten solo a llenarlos de innumerables actividades solo por el hecho de mantenerlos ocupados”, exclama esta sicóloga.
Por ello, insiste en que hay que reservar tiempo para el sano esparcimiento, el descanso y la interacción social. Es así que un ocasional viaje en familia o una visita a casa de amigos o familiares pueden crear redes de afecto.

Es necesario consensuar

Alejandra está molesta porque ya escuchó que sus padres la quieren inscribir a cursos de ballet y de tenis. Ambas actividades no la entusiasman. Lo que más le gustaría, cuenta, es pasar clases de bisutería ya que disfruta de confeccionar manillas y collares de piedras.
Antes que nada, la sicóloga Arminda Carrasco aconseja dialogar con los hijos para conocer el tipo de actividades que realmente les gustaría realizar y para verificar si necesitan apoyo pedagógico.

“Con esa información y de forma consensuada el padre recién podrá definir el plan vacacional de sus hijos. De nada sirve imponerles actividades, ya que eso en vez de ser constructivo les provocará hastío y cansancio”, señala.

En otro extremo, esa sicóloga remarca que si los hijos no desean realizar ninguna actividad, entonces se les debe asignar responsabilidades dentro del hogar, pero no dejarlos sin hacer nada porque el ocio en exceso es dañino.

La sicóloga Dolly Medina agrega que al mantener a los hijos ocupados se los aleja de actividades superfluas e inútiles. “La idea es que los hijos aprovechen su tiempo para mejorar su desarrollo emocional, cognitivo y social. Hay varias actividades productivas que pueden realizar, pero todo depende sus habilidades, gustos y también del factor económico”, indica.

El riesgo de los excesos
Mantener ocupados a los hijos sin caer en la sobresaturación de actividades es el equilibrio que hay que alcanzar, coinciden los sicólogos, aunque admiten que es una tarea complicada sobre todo cuando la presión por competir y sobresalir es fuerte en esta etapa.

“Cuando sobrecargamos actividades a nuestros hijos, la vacación deja de ser un periodo agradable y constructivo y atrae aburrimiento y malgenio. Se debe programar con coherencia los tiempos”, recomienda Raschid Guardia.

La sicóloga Arminda Carrasco también observa ese riesgo. “El problema es dejarlos precisamente sin eso, sin tiempo libre para que ellos disfruten del descanso que se merecen. Si tiene muchas actividades que hacer no focalizarán su atención en ninguna, y las harán por obligación de sus padres”, puntualiza Carrasco.
Entre tanto, Dolly Medina reflexiona que todo en exceso es malo, por lo que aconseja dejar un espacio para la relajación y así se contribuirá a alejar el estrés escolar

Una ‘tarea para la casa’

Plan. Antes de que llegue el último día de clases, siéntese con sus hijos e involúcrelos en la planeación del tiempo libre. Primero apunte sus propias horas libres, para separar las actividades que necesitan de su participación y las que pueden hacer sus hijos solos.

Ocupación. Una vez acaben las clases, no deje que sus hijos llenen las horas al azar. Por su salud y seguridad ellos necesitan mantener una hora fija para dormir, levantarse y comer. La rutina debe incluir responsabilidades cotidianas de ayudar en casa (tender camas, poner la mesa, etc.). También debe fijarse un horario para las actividades al aire libre, la lectura, la TV y los videojuegos.

Juntos. No desperdicie oportunidades de pasar tiempo con sus hijos. Comprométase a ir a trotar o a andar en bicicleta con ellos. Lean un libro favorito, escuchen música o compartan una película y desvélense un rato.

Espacio. No olvide lo importante que es para los niños o adolescentes compartir momentos con personas de su edad. Los hijos también necesitan un rato de libertad.

Frente A una Actitud hostil
Las reacciones negativas no faltan. Y hay niños y adolescentes que buscan imponer su rebeldía desobedeciendo a sus padres y negándose a hacer algo productivo en sus vacaciones. En vez de eso se dejan absorber por el chat, los juegos o el derroche de dinero en compras o salidas .
Para prevenir esa situación, la sicóloga Paula Benedict afirma que es importante involucrar a los hijos en la planificación del uso del tiempo libre durante las vacaciones.
“Hay que negociar, consensuar y condicionar actividades importantes. Además se debe permitir el libre esparcimiento de los hijos de acuerdo con el bolsillo”, dice.
La sicóloga Arminda Carrasco también sostiene que una buena comunicación es la clave para enfrentar actitudes hostiles de los hijos. En su opinión, si el menor cae en una actitud de rebeldía es porque no se han abierto espacios en la familia para consensuar las actividades a realizar. “Los padres tenemos que munirnos de amor, comprensión y paciencia para escuchar las necesidades y los deseos de nuestros hijos”, aconseja Carrasco.
Por su parte, el sicólogo Raschid Guardia recomienda a los padres autoevaluarse.
“Recuerde, su hijo es reflejo de las actitudes y decisiones que usted le transmite. Posiblemente, su sistema de comunicación está fallando o el comportamiento que muestra como ejemplo no es el apropiado”, resalta.

BUSCANDO EL EQUILIBRIO

Ventajas

Desafíos. En la etapa escolar, los niños están listos para comenzar a construir sus aptitudes, por lo que deben ser expuestos a varios tipos de actividades (desde idiomas hasta deportes y actividades artísticas) de modo que puedan ver dónde están sus fortalezas y sus debilidades. Ya en la adultez disfrutarán de las cualidades adquiridas.

Objetivos . Un padre debe identificar un objetivo detrás de cada una de las actividades que les quiere asignar a sus hijos durante sus vacaciones y procurar que esas metas sean apropiadas a su edad.

Desventajas

Riesgo . Muchos padres saturan a sus hijos con varias actividades a la vez reduciendo su tiempo para jugar, explorar y aprender por cuenta propia. Eso puede volverse asfixiante para el niño o adolescente, sobre todo cuando sus progenitores son los que presionan. El tiempo libre es necesario para fomentar la imaginación.

Reacciones . Desbordado por el exceso de actividades y la falta de tiempo libre, el menor puede mostrar dificultad para despertar temprano, irritabilidad o incapacidad de divertirse por cuenta propia.

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